Se nos vino el frío encima. A sacar guantes, bufandas y las botas de invierno que no fallen.
Los arboles mudaron sus hojas desde octubre.
Ahora solo quedan los recuerdos de los días de 18 horas de sol y las fiestas continuadas del verano en el Vondelpark, de miles de turistas que se estrechan a lo largo de las zonas verdes acompañados por vinos y cervezas, esta ciudad es parte de su destino y más alcanzado paraíso.
Ha llegado la tercera semana de diciembre, las calles blancas adornadas por la nieve enternecen la mirada de los transeúntes que engloban con los picarescos paisajes.
Metido bajo las cobijas deseo desentenderme de la tormenta pero es inevitable el contagio y salgo congelándome de pies a cabeza.
N -I -E -V -E
Bellos copos cayendo como escarcha
Levitando pensamientos plateados
Chocan las miradas en la bruma
Hipnotizadas por oleadas de nieve
Adornan árboles quebrantados sin las hojas
Desaparecieron las manos frescas tras el guante
Narices brillan con el frío sonrojadas
Y los niños dibujan muñecos de nieve
Las casas cubrieron en mantos blancos
Que pintaron praderas y parques
Inclemencia de los cuatro vientos
Entumiendo avenidas de tranvías y canales
El termómetro de miedo tiembla
Inválido es el fuego de la chimenea
Navidad de canto y plegaria
Retuerce la aguja encalambrada
-6 grados Celsious marcados
Tiritando quiebran mis arterias
Ornamentan el púlpito los candelabros
Pastores y feligreses entonando Ave Marías
Acarician copos blancos el cabello
Despierta el sol de madrugada
Bajo un gorro de poliester chino
Llorosos ojos de mi amada
Oscar Darío Velásquez Lugo
19-12-2009
Amsterdam
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sábado, 19 de diciembre de 2009
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