domingo, 15 de noviembre de 2009

UTTOPIA

DE MI CARNE VIVA


Las cosas bellas se valoran cuando las podemos vivir y experimentar. Así, el amor se puede vivir con la fuerza del infinito y se convierte en algo imparable: arma mortal donde no hay gatillo que oprimir, lanza sin puntera que enterrar.
Al final queda una herida que no mata, que no mutila, que por el contrario alienta y revigoriza el estado existencial.
En la tradición literaria Dulcinea del Toboso fue la ilusión de amor de Don Quijote, si aquella mujer, si aquella dama inspiró en aquel loco cervantino el mejor de caballero de la Mancha, no hay hoy diferencia, 500 años más tarde, en dedicar lineas a la mujer que todo hombre ama.
En cada hombre, en cada mujer vive encarnado el afán, las ansias de la felicidad plena.
Mientras algunas hechos parecen irrealizables en la mente del incrédulo, estoy seguro que es la voluntad y la persistencia la que rompe aquella telaraña que envuelve la imaginación para convertirla en plena realidad.
Los sueños, como los de el Quijote, no son simplemente ideas concebidas. Más que eso, son hilos transitorios que nos conllevan a materializar nuestros caprichos.





UTTOPIA


I


Musa razón alborotada de mi euforia prósprera
Caminas ardiente en la noches centinela
Sin tocar te amo, sin sentirte encapricho



II


Cierro los párpados imaginando cerca el muro sutil de tus labios
Cuando en las horas del día vagas titilante
Estrellita entre el gris de las tinieblas



III


Uttopia que llegas a rondar mi sueños
Amasando el pan con tus caricias
Convergido tu garboso vientre con el mío



IV


Suenan mil campanadas a tu paso
Mientras convulsiono en mi lecho tembloroso
Esbelta esculpida aludida en mi delirio



V


Suspirantes van mis ambiciones
De soñarte en dulces besos
Empapada tu lengua convulsiona



VI


Mojando mis labios con anhelo reprimido
Cada beso enredando arrebatos pasionales
Que amoldan descargas como rayos fulminantes



VII


Uttopia arrodillada en frente mio te veo
Implorando bendiciones con tus labios
Sin ser mendiga del amor que te profeso



VII


Desenfundan tus gemidos esta guerra
Librada con caricias mundanas
Que van y vienen de la estratosfera







Oscar Dario Velásquez Lugo
La Mesa Cundinamarca
15-nov-2009


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