domingo, 14 de febrero de 2010

PAPAGAYA EN SANGRENGRENTADA, libertad triste

 
Ha dejado conocer la voz una escopeta.  Con el paso de los días van borrando el color y encanto de la faz de la tierra sin amor, sin piedad, sin risa, sin corazón.
El salvajismo del inventor de los jeeps y los safaris parece no tener fronteras.  Viajeros que penetran mundos, cambiando tradiciones e implementando barbaridades llamadas civilización.  Después posan orgullosos en los libros de geografía como grandes descubridores.  Donde empeñaron estos irracionales la verdadera libertad de los seres de este planeta.  


TRISTE LIBERTAD TRISTE

Yaciente esperó en su ponedero
A que alejase el peligro
Las botas de los hombres
Darían pleno aviso
Romperían los chazos secos
Y no escucharía más voces
Perdía gota a gota la energía
Esfumaba la existencia
Despedirse lentamente
Entristecida de la vida



Cantaban pechirrojos
Volaban alrededor los ruiseñores
Apenas divisaba el campamento
El bosque estaba denso
Donde salía la colmena de cazadores
Con pantalones cortos y
Sombreros color caqui, un tiro
Al pecho asestaron los trogloditas del safari
Chillaban desconcertados tres pichones
Tres días después de romper la cáscara



Con los buches temblorosos
Mórbida sed de las alturas
Tenebroso el hambre desespera
La madre una herida embargaba
Titilaban millones de estrellas
El sol impaciente con su rayo
Pio.... pio... pio al cielo
Imploraban sin consuelo, de repente
Cerró para siempre sus párpados
Indefensa Guacamaya



Guacamaya embargada en los siglos
Emperatriz de copas inalcanzables
Mansa virgen de la selva
Sobrevivió al Halcón sabanero
Al Cernícalo ladrón de huevos
Los vendavales del Trópico de Cáncer
Menos al ojo del mosquetero
Al insaciable coleccionista
Lacra de la especie humana
Recreada con la falsedad de Darwin



Oscar Darío Velásquez Lugo
14-02 2010
Amsterdam



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